TUTORÍAS
Con la LOMCE se eliminaron las tutorías en 4º de la ESO y en 1º de Bachillerato, de manera que en el horario docente aparece una hora de reunión con el departamento de Orientación para trabajar las tutorías que no se podrán realizar porque no hay dicha hora semanal con el grupo.
A la hora de la verdad, los tutores y tutoras no han podido ejercer como tales, no han dispuesto de tiempo ni espacio para abordar asuntos como técnicas de estudio, optatividad, información académica y/o profesional, resolución pacífica de conflictos, alumnado ayuda, análisis del curso, propuesta de mejoras o participación en actividades del centro.
Esta incongruencia, que se califica por sí sola, impide el normal cumplimiento del ejercicio pedagógico. Después de siete años, espero que la LOMLOE lo rectifique porque de no hacerlo este sería otro de los aspectos en que no cambia la nueva ley y, por tanto otro de los antipedagógicos errores que no corrige, manteniendo el nivel ínfimo de la enseñanza pública.
En el proceso de evaluación que estamos llevando a cabo estos días en los centros, que debería revisarse también a la luz de un calendario pedagógico y no religioso, el profesorado de estos cursos sin hora lectiva de tutoría, refleja su violación de la ley al tener, de facto, que ejercer de tutores/as ya que la administración le exige una, cada vez mayor, tarea burocrática que incluye dedicar tiempo al alumnado, a las familias, a la junta de evaluación, a jefatura de estudios, y a la administración del centro, teniendo que saber informática y teniendo que disponer de recursos materiales propios. Así se ve obligado a dedicar horas lectivas de su materia a la tutoría. Cuando su materia tiene un par de clases semanales se convierte en el incumplimiento de la programación y en la insatisfacción de la tutoría ya que se hace puntualmente y sin continuidad.
Hace tiempo que el tratamiento de las tutorías en secundaria está en entredicho y no se acaba de abordar con la seriedad y rigor que merece. El caso es que cada vez es peor, especialmente con las circunstancias de pandemia que suponen más y más especializadas tareas a la tutoría.
Convendría, antes de asumir nuevos cambios, que estos tuvieran en cuentan la realidad diaria de esta labor en todos los cursos, especialmente en estos dos que la LOMCE trata absurdamente.
Este curso, el profesorado está trabajando presencial y on line a la vez durante muchos días y, en ocasiones, el trabajo es agotador, es ineficaz, es inútil y está expuesto a todo tipo de críticas y emociones nuevas, difíciles de gestionar, con resultados inciertos.
Las tutorías han de ser valiosas y valoradas... y el profesorado tutor/a también.
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