Culturas Dos, rtve, 12/12/22
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La presentadora hace muy pocas preguntas porque Millás se enrolla tan bien que resulta placentero escuchar cómo va de una cosa a otra, cómo estira la pregunta para llevarla a ámbitos no preguntados, cómo dirige el pensamiento del oyente sin dificultades por donde quiere y le apetece.
Tal vez por su relación con Arsuaga, he escuchado últimamente a Millás hacer referencia a la antigüedad pero a la, en sus palabras, época remota, como momento de nuestra historia en el que ocurrían cosas que con el devenir del tiempo hemos perdido y ya no hacemos o no nos pasan. Puede que la alusión a esa época remota sea una estrategia de su imaginación y creatividad tan particular. En esta entrevista nos plantea la posibilidad de que hubiera existido un pronombre entre el tú y el yo, entre el nosotros y el vosotros, tal vez cuando éramos grupo y no existía el individuo, dice antes del individuo.
Un pronombre intermedio (la periodista le propone que lo invente él). Esta es la idea que sobrevuela la trama de su obra teatral, protagonizada ni más ni menos que por Clara Sanchís. Dice que la cosa va de la identidad, que es algo como las aplicaciones informáticas que descargamos y eliminamos. Pone como ejemplo de identidad frágil, siempre lo es, la de las personas que exhiben signos identitarios, visibles en sus ropas y objetos. Algo bastante frecuente hoy incluso en personas adultas, hechas y derechas, que adornan su cuerpo y ropas con símbolos para indicar lo que son, quienes son. En estos momentos, en nuestra circunstancia política, se usan mucho en todas partes, incluso fuera de los lugares adecuados para la reivindicación o distinción, me refiero a la calle, al trabajo, a las redes sociales, en cosas como los coches, mochilas, paraguas o abanicos. ¡Cuánta fragilidad!
De nuevo me ha pasado, escuchando al escritor, me viene a la cabeza mis clases de bachillerato. Como enseño Filosofía, tengo que explicar que la polis, ciudad estado, es anterior al individuo siguiendo a Aristóteles y su propuesta de zoón politikón como explicación del origen social, por naturaleza, del ser humano, algo así como ese supuesto pronombre intermedio de Millás.
Además, también ha hecho alusión a Calderón de la Barca y su La vida es sueño cuando ha mencionado a P. B. Preciado a propósito de la difícil distinción entre sueño y vigilia, trayendo de nuevo mis clases a mi cabeza, concretamente la duda metódica cartesiana que servía para despreciar las seguridades y verdades conscientes que creemos tener cuando estamos despiertos. ¿Qué es real, qué es sueño, por qué Cristina Sanchís no puede ser Juanjo José Millás?
Así que Aristóteles y Descartes en un momento, para que luego digan que la filosofía es algo del pasado y no sirve para nada. Hace mucho tiempo que utilizo columnas de Millás en mis clase de Filosofía cuando explico antropología, a propósito de esa doble herencia humana, naturaleza y cultura, que sí es algo identitario, pero de la especie no del individuo. El alumnado, adolescente, entiende bien al escritor cuando lee que no solo de pan vivimos sino de literatura, cine, teatro o videojuegos... Pan y cine elpais.com/diario/2007/11/09/ultima/1194562802_850215.html
Espero que la gira teatral de su obra Miércoles que parecen jueves llegue a Cuenca. En provincias pequeñas no siempre llega todo, ni a tiempo, creo que debería haber facilidades por parte de los gestores culturales y las administraciones responsables para que determinados espectáculos puedan llegar a cuantos más lugares mejor. Acceder al teatro es fácil en ciudades como Cuenca, si las obras son interesantes el provecho es mayoritario.
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