DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
10/12/1948
Esforzarse...promuevan...aseguren. El sujeto de estos verbos es TODOS LOS PUEBLOS Y NACIONES...INDIVIDUOS COMO INSTITUCIONES.
Han pasado 74 años y los valores que impregnan esta Declaración siguen sin practicarse sobre la faz de la tierra. Ni un solo país lo consigue Esta frustración no genera malestar alguno entre los miembros de la ONU, mucho menos entre los que está fuera. Tal vez, en previsión de lo que iba a suceder, algunos países alegaron que el articulado era muy exigente para ser cumplido, que sería papel mojado por ser una utopía.
Desgraciadamente, esos países que no querían firmar el documento tal cual hoy lo tenemos, tenían razón. Sin embargo, a pesar de todo, la mayoría de los países miembros que componían la ONU en 1948 firmaron porque, sin ser ingenuos, preferían tener un documento utópico a no tener nada. Y es que hay que preferirlo también hoy, así al menos podemos saber hacia dónde debemos dirigir nuestras políticas y hacia dónde no.
Siguen siendo un faro que guía la voluntad de los estados, sobre todo de aquellos que quieran hacer del mundo un lugar respetable entre las personas que lo habitamos. Aquellos estados que valores a todas y cada una de las personas por igual y establezcan leyes para la IGUALDAD sea una realidad más pronto que tarde.
Cualquiera de los treinta artículos es bueno para celebrar este cumpleaños mundial. Yo me quedo con los primeros que son los básicos, a partir de los cuales, los otros veinticinco resultan concreciones en ámbitos como el jurídico, el político, el social, el económico, el administrativo o el cultural. Los cinco primeros son los llamados civiles, como no podía ser de otro modo, dada nuestra peculiaridad humana.
Hoy, es un buen día para visitar la web de Amnistía Internacional y entender por qué se siguen reivindicando a diario cada uno de los treinta derechos humanos de 1948. La perspectiva crítica de esta ONG es bastante necesaria hoy para una completa comprensión junto a la que muestra la ONU.
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