BACHILLERATO GENERAL LOMLOE
Esta nueva modalidad de Bachillerato aparece para establecer nexos entre las mal llamadas humanidades y las mal llamadas ciencias y tecnología, ha de ser un puente entre itinerarios educativos opuestos, algo nunca debería de haber faltado en la educación pública y que, por acomodarse a la cultura empresarial, productiva, de hiper-especialistas, de neoliberalismo económico y social, lleva sosteniendo el panorama del bachillerato y salpicando a la secundaria obligatoria, cada vez en cursos más bajos, varias décadas.
Una vez que se ha demostrado bastante inútil e inconveniente para conformar una sociedad democrática, respetuosa, trabajadora, solidaria, ecologista, inclusiva, saludable, avanzada en derechos y libertades, en igualdad de oportunidades, en estilos de vida que favorecen la convivencia en paz, en ser una sociedad mejor y tener objetivos humanos al alcance de toda la ciudadanía, ha llegado la hora de enmendar errores. Uno de ellos es esa separación artificial entre lo tecnológico y lo humano, como si pudieran existir uno sin el otro, entre lo artístico y lo informático o entre la historia y las matemáticas.
Ofrecer un bachillerato con pocas materias troncales y muchas optativas persigue el objetivo de una educación personal, que pueda ajustarse a las preferencias del alumnado y no a los requisitos empresariales o economicistas de la sociedad de consumo que ya se ha demostrado lo suficiente que hay que cambiar porque nos sienta fatal. Empezar el cambio social por la educación no es algo nuevo, precisamente por ello se han de tener en cuenta los precedentes para no repetir los fallos.
Sin embargo, al menos en mi centro, las cosas no se han hecho de acuerdo con la ley. No se han ofertado las materias posibles a todos los bachilleratos con el fin de diferenciarlos y se ha matriculado en el General al alumnado que no ha podido entrar en ciclos formativos de FP, el que traía muchas suspensas de la ESO o el que no puede trabajar y no tiene otra cosa que hacer. Todo un despropósito.
Debo reconocer que cuando leí que se aumentaba el número de modalidades me pregunté "¿para qué?", después envidié la novedad porque se parece bastante a lo que yo misma solicité en el BUP, un bachillerato mixto que nunca salió por falta de demanda. Hoy se llama GENERAL a el bachillerato que yo deseaba.
El nivel de bachillerato prevé una cualidades y capacidades en el alumnado que el equipo directivo de mi centro no ha exigido de acuerdo con la Ley. Esto está suponiendo frustraciones entre el profesorado y el alumnado, especialmente cuando nos paramos a evaluar, ahora, en la primera evaluación y saltan las comparaciones con el resto de las modalidades. Algo estamos haciendo mal.
Hay profesorado que ve en la LOMLOE, antes de experimentarla, defectos ideológicos y por tanto la desprecia y mal aplica, que ya han calificado a este tipo de bachillerato como el PMAR o el DIVER por referencia a los programas de la secundaria que suponen un cauce extraordinario para la educación básica al alumnado que tiene dificultades de algún tipo para seguir por el cauce ordinario.
Me temo que pudiera cundir el ejemplo de mi centro y entonces esta modalidad sería un auténtico fracaso y, o se reajusta cuanto antes o está destinada a desaparecer. ¿Qué alumnado y qué familia, querrá seguir estudiando de una manera marginal, con frustraciones permanentemente? Podría usarse para preparar al alumnado a un ciclo superior de FP o a una selectividad de mínimos, pero entonces se alejaría de las pretensiones originales.
Me parece que estamos a tiempo de aprovechar esta modalidad novedosa y no hacer de ella un miembro atrofiado que hay que maquillar para disimular su inutilidad.
Confío en que en otros centros se haya entendido bien y se garantice una educación pública en bachillerato para todo tipo de alumnado sin estigmatizarlo con etiquetas despectivas, más bien al contrario, debería ser un alumnado contento con la optatividad, que debería ser cada vez mayor en todas las modalidades, materias más específicas si se puede en los casos más especializados, pero más abiertas y generales para los que no, dada la sociedad que estamos construyendo. Espero que en mi propio centro en los próximos cursos lo vayamos entiendo mejor y esta modalidad se normalice y acepte sin más y sin menos que las otras. Ha costado asumir bachilleratos artísticos, pero ya lo hemos aceptado sin despreciarlos ni bajarles el nivel. Ahora toca con este otro, ojalá no dejemos muchos cadáveres en el camino, lo que hagamos la clase docente será lo que transcienda a la sociedad. Hagámoslo bien.
La LOMLOE se está implantando con muchos defectos, sobre todo de recursos humanos y calendario pedagógico, especialmente por parte de las administraciones regionales, provinciales y de los centros que no se han formado lo suficiente en los cambios que supone, algunos buenos y otros no tanto. Estamos echando a andar y ya tenemos lesionados. Hay mucho que criticar y corregir. Pero, conviene no caer en el derrotismo absoluto y hacer malo lo que no lo es. Más aberración que suponía la LOMCE en materia de igualdad de oportunidades con la religión como materia opuesta a la ética y contando en bachillerato como una más, no contiene la LOMLOE.
Está en nuestras manos hacer que la modalidad del Bachillerato General sea un éxito o no.
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