martes, 25 de junio de 2024

ALUMBRAMIENTO

ALUMBRAMIENTO

Pau Teixidor, 2024

Ver más en este enlace: https://www.rtve.es/television/20240621/alumbramiento-historia-real-pelicula-bebes-robados-reclusion-embarazadas-abandono/16156716.shtml

El título no puede estar mejor elegido, es de lo más oportuno ya que alude a poner luz en una época un tanto oscura todavía, saliendo de una eterna dictadura, las mujeres violadas por sus familiares, por desconocidos o que se quedaban embarazadas de sus novios, muchas de ellas de entre 14 y 18 años, se ocultaban y esta película las saca a la luz, las alumbra, a ellas y a su historia que es la de este país que mantiene con privilegios dictatoriales a la iglesia católica y su doble moral sobre la vida y el dinero.

Las interpretaciones son extraordinarias. El contexto de los años ochenta, concretamente la adolescencia, en algunos casos del ámbito rural, aparece bien reflejada en pocos fotogramas. De hecho podríamos calificar la película de austera, perfectamente austera en lo referente a la cantidad de pistas sobre las vidas de las protagonistas. El director entrevistó a mujeres que vivieron esta situación, se documentó y ha querido que supiéramos cómo eran esos centros de internamiento, cómo se trataba a esas niñas embarazadas, cómo las familias recurrían a estos lugares por vergüenza y sobre todo, para que seamos conscientes de la mediación necesaria de la iglesia, la moral nacional-cristiana de las monjitas, el dinero y las clases sociales.

Es una películas de mujeres. Lo bueno y lo malo lo hacen ellas, excepto violar y asistir al parto, eso es cosa de hombres. Ellas lo hacen todo, hasta el final.

Tratar el cuerpo de las adolescentes como una máquina de parir hijos para personas afines al régimen y ricas ha sido consentido hasta en democracia por el inmenso poder que tiene la iglesia católica en la cultura española, a todos los niveles, ya sea para condenar a los pobres ya para salvar a los ricos.

Hoy los derechos de las mujeres se tienen que garantizar en todo el territorio por igual. No vale que la objeción de conciencia impida interrumpir el embarazo. No hay motivo para que una mujer no decida sobre su cuerpo, si ser o no madre. Hoy una niña que es violada por un familiar no tiene que tener su hijo incestuoso. Una menor que se queda embarazada no debe recibir palizas, desprecios, exclusiones, estigmas de por vida.

El final es esperanzador pero a costa de demasiada incertidumbre, vulnerabilidad y riesgos de todo tipo. Esta película es presente todavía y nos interpela sobre qué clase de sociedad estamos construyendo respecto a los derechos de las niñas y mujeres en democracia. Además sobre el papel que juega la religión en la moral social, pública, respecto a los derechos y libertades democráticas, respeto a la sanidad y educación públicas. Merece todo mi respeto y admiración exponer en pantallas esta realidad que tanto dice de nosotras/os y preguntarnos por qué es así, si queremos que siga así. Afortunadamente, cuarenta años después la mayoría no estaría de acuerdo con el tratamiento a los embarazos no deseados que se da en la película, sin embargo la derecha y la ultraderecha dicen alto y claro en sus soflamas que el aborto no debe ser un derecho (en la película es el camino más corto al infierno) y debe restringirse hasta casi no existir. Por esto es totalmente oportuna y por recordar, a modo de homenaje, a las niñas que tuvieron que pasar por centros como Peñagrande en Madrid.



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