lunes, 28 de septiembre de 2020

 CONSEJO DE PARTICIPACIÓN LGTBI




En la sección Lo mejor del BOE de lamarea.com (nº78 en papel) me he enterado que desde el 28 de junio entró en vigor el Consejo de Participación LGTBI, dependiente del Ministerio de Igualdad, que yo aplaudo y me alegra, especialmente porque en su composición hay una vocalía de Universidades, propuesta por los rectores de las Universidades.

Es que no es habitual contar con la Universidad en cuestiones esenciales como la IGUALDAD.

Sigue siendo una asignatura pendiente formar a especialistas en materia de IGUALDAD. Todavía existe carreas universitarias que no cursan, ni un solo cuatrimestre, enseñanzas en este materia. Algunos grados resultan muy llamativos. No se entiende bien que en Periodismo, en Derecho, en Medicina, en Psicología, en Enfermería, en Pedagogía, entre otros, no se imparta IGUALDAD.

Así que celebro que los rectores tengan que nombrar a alguien para que participe en su nombre en este Consejo. La Universidad no debe quedarse al margen, más bien debería destacar por su activismo en conseguir realidades que favorezcan la igualdad entre personas.

Es muy habitual encontrar en ejercicio jueces, fiscales y abogad@s sin formación en violencia de género. Lo mismo sucede en cuanto a médic@s y enfermer@s. Exactamente igual sucede entre miembros de las Fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado.

A veces, sucede que por obligación legal se destina a alguien con un puesto difuso cuyo nombre contiene la palabra Igualdad o la expresión Violencia de Género, que casi nunca se sabe desempeñar con acierto debido a la falta de formación. Esto te lo dice cualquier víctima o familiar de las víctimas que haya intentado asesorarse, denunciar, solicitar ayuda o haya recurrido al mencionado servicio.

Espero que el Consejo funcione y funcione bien, que sus participantes expongan con total libertad y oportunidad todas sus reivindicaciones y propuestas. Pero sobre todo espero que el ámbito educativo se haga eco desde la Universidad hasta la enseñanza primaria de la necesidad de saber sobre este asunto para poder practicarlo bien, saber que somos iguales y así serlo. A través de la educación se pueden ejercer los derechos sin exclusiones, se aprenden argumentos y se defienden sin complejos para vivir en una convivencia pacífica entre tod@s.

 

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