jueves, 11 de junio de 2020

ROSA MARÍA SARDÁ
¡Qué mirada!
La recuerdo desde niña, en la tele, luego en el teatro y en el cine. Me gustaba mucho sus acentos, naturales y artificiales, y sus gestos, especialmente los de la cara. Era tan expresiva siempre, incluso tras las gafas de sol...

Mujer despierta, atenta a la realidad y haciéndose cargo del momento social en que vivimos, ya fueran los años ochenta o ahora mismo. Forma parte importante del bagaje cultural español que yo puedo recordar en primera persona porque era de la edad de mis padres.

Siempre me sorprendían sus personajes, sus diálogos, sus vestuarios. No es fácil ser original en la comedia y ella parecía la única irónica, la única lista, la única oportuna...su credibilidad iba más allá del escenario a nivel profesional. Cuando cogía un micrófono para manifestarse por los derechos, contra las violencias, siempre a favor de la paz, era igualmente convincente, contundente, verdadera.

Dice Isabel Coixet que "estar con Rosa era aprender", pues a mi no me extraña.




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