lunes, 12 de octubre de 2020

 JARDÍN BOTÁNICO DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA



La foto es de la entrada del edificio. Las plantas sobrepasan los muros literalmente.

Por 1,5 euros si eres parado, estudiante, menor de edad, profesor u otros roles, gratis para estudiantes de la Universidad de Valencia, y por 2,5 si eres del resto puedes acceder a este maravilloso jardín de dimensiones abarcables, cosa que se agradece, y plantas de todos los rincones del planeta. Aunque podría estar mejor cuidado...el apartado de medicinales deja un poco que desear aunque es compensado con el de cactus del mundo. 

Hay espacios verdes que transmiten frescura y tranquilidad, sobre todo pequeñez porque los árboles son enormes y frondosos.  Hay otros de flores de colores, incluso ahora, en otoño, y no falta la rosaleda, pelín descuidada también.

En una de las naves, creo que la más grandes, hay una exposición curiosa en su técnica, sobre los bosques, titulada Del jardín al bosque, de la pintora Victoria Chezner que nos sugiere la importancia que tiene pasar de un estado a otro en los procesos naturales gracias a los contextos. Y en la salida, en la sala principal hay otra de dibujos con acuarelas, digitales, mixtas, a propósito de la diversidad animal.

Situado junto al Carmen, mirando a las Torres de Serrano, ofrece una tarde, o mañana, para perderse alejándose del mundanal ruido. Solo oyes pajarillos y las pisadas entre las hojas de los curiosos visitantes que deciden estar con la naturaleza cultivada para su deleite y conocimiento, porque todas las plantas tienen delante un cartel con su nombre y características más importantes. Me sorprendió el arbusto Orejas de elefante por la textura, forma y color de las hojas, que está junto al de orejas de diablillo, ambos cerca del asiento de la suegra, redondo como un balón de playa pero con más pinchos que un erizo...

Es un acierto que sea de la Universidad, y una necesidad, así la unión entre teoría y práctica está garantizada provocando el auténtico conocimiento y el compromiso que conlleva todo conocimiento en cuento a valores, comportamientos y actitudes ante la vida. Debería ser obligatorio llevar a todos los estudiantes de enseñanzas primaria, secundaria y superior para adquirir dicho compromiso con el respeto y cuidado de la vida natural.

Una advertencia, lleva cámara de fotos porque el móvil te quemará en las manos.

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