OCTUBRE NO HA AGUANTADO ILESO
Casi, casi llegamos al final del mes indemnes al coronavirus, pero no, desde la segunda mitad los contagios se han producido en masa y el alumnado y profesorado no ha podido salvarse. Bastante alumnado se queda en casa por contacto con positivos y una parte del profesorado ha empezado a hacerlo también.
A pesar de las mascarillas, las puertas y ventanas abiertas (aunque haya obras en las calles colindantes a los centros), las distancias de seguridad no se pueden cumplir cada segundo que estamos en el centro educativo, y estamos muchos segundos diarios.
No hay que ser muy listos para darse cuenta que los confinamientos son necesarios pero no suficientes. Hacen falta más sanitarios (personal en primaria, ambulancias, en urgencias, etc.) y más medios (respiradores, ucis, hospitales, centros de salud) para que las olas que vengan puedan ser amortiguadas mínimamente y con cierta dignidad para la mayoría.
En educación pasa algo parecido. No son suficientes las medidas tomadas por los centros, que han sido muchas e imaginativas, si no se dotan de recursos humanos y materiales. Las medidas han de ser suficientes y no solo las necesarias.
Más profesorado, horarios flexibles, tecnología accesible, más personal de limpieza y mantenimiento, mejores espacios. Ojalá se pudieran doblar todas las aulas en dos turnos, mañana y tarde, para vaciar a la mitad los centros cada día, ojalá se pudieran usar otras instalaciones pública adecuadas, ojalá la formación en educación on line fuera eficiente, ojalá...
Me temo que la capacidad de adaptarse al medio, propia de la evolución de la vida, no se cumple cuando la evolución es cultural. No hay voluntad de invertir lo suficiente y lo necesario, ni siquiera viendo cómo avanza la pandemia, ni sabiendo lo que está por venir. La predicción científica tan útil para la supervivencia se desprecia en los ámbitos claves de la sociedad, de la vida, como la educación y la sanidad.
Miedo me da noviembre!!
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