ESPECTÁCULO O RIESGO (IV)

Desde el pasado 22 de diciembre este es el cuarto artículo que escribo sobre el estado del río Jucar a su paso por Cuenca tras la inundación. Entonces el alcalde dijo que "era un espectáculo", inmediatamente vimos que era todo un riesgo de contaminación, y así sigue.

Ayer leía en Facebook, a través del grupo Limpiando Cuenca, que el Ayuntamiento empieza la limpieza desde el jueves 6 de enero, hace tres días, pero esta mañana he paseado desde el Puente de San Antón hasta el Barrio Fuente del Oro y he comprobado que todo sigue igual. Tal vez sea que todavía no se aprecia la limpieza empezada dada la cantidad ingente de basura, pudiera ser. El trabajo que tienen por delante es muy arduo y lento.

Me gustaría que cuando acabaran de limpiar hubiera papeleras y bancos en este paseo que continua hacia el Parque de Bomberos, el Recinto Ferial y la Ronda Oeste. Mucha gente camina por ahí y saca a los perros para su esparcimiento, además los niños y niñas pueden jugar sin peligro con juguetes que necesitan espacio al aire libre.

También me gustaría que se hiciera una senda botánica para poder aprender y enseñar a la vez que disfrutamos el espacio tan estupendo que supone el río y sus orillas. Unas tablitas con el nombre de la fauna del río, la de los árboles, con lo nombres de los edificios que hay a un lado y a otro, completarían el paseo. Es bastante frecuente encontrar gente con cámaras de fotos para fotografiar a los pájaros, a las viven por aquí y a los que están de paso.

Las personas imitamos lo que vemos. Si vemos un espacio cuidado lo respetaremos más que si lo vemos descuidado. La experiencia nos dice que la basura atrae más basura. Así somos los humanos, autóctonos y foráneos. Merece la pena invertir en lo público. La Confederación Hidrográfica del Júcar tiene el deber de hacerlo regularmente y siempre es más fácil mantener lo que no está destrozado que reconstruir lo destruido.

Ojalá pronto pueda mostrar por aquí fotos de un río limpio y cuidado, con sus piragüistas, sus runners y sus paseantes, animándonos a vivir saludablemente. Cuenca lo merece.