viernes, 21 de febrero de 2020

LA GENTE DEL CAMPO NO ES TONTA!!!



Como no lo es la de la ciudad que vota a partidos que dicen que la contaminación no mata, aunque estén en largas listas de espera para recibir una sanidad, cada vez más esquelética, que les cure los problemas respiratorios y alérgicos cada vez más severos y persistentes.

Es la parte por el todo.

Hay tantos intereses en presentar al mundo agroganadero contra el gobierno actual que se nos olvidan cuán poderosos son algunos de ellos, cuánto poder de manipulación tienen en los medios de comunicación, en las organizaciones agrarias y ganaderas, en los sindicatos, en los partidos políticos, en la industria agroalimentaria, en los intermediarios de los productos comerciales, en las decisiones de los precios, de los jornales, de los combustibles, de los abonos, en las cooperativas y en los propios cultivos.

Todo el mundo sabe el tiempo que lleva Iglesias, el coleta, en el gobierno. Todo el mundo sabe el tiempo que lleva el campo, sector familiar y pequeñas explotaciones, en ruinas. Igual que se sabe que los agricultores del resto de Europa están protestando sin necesidad de conocer a los miembros del gobierno español...

Tengo una amiga que diría que "hay un contubernio judeomasónico" en todo esto, para resumir las causas de este clima escandaloso a propósito del campo. La gente no es tonta pero pretenden que lo sea muchos y muy poderosos sectores sociales.

Poner cara, nombre y apellidos, al enemigo, ayuda a dirigir las energías contra él. El enemigo de las gentes del campo no se llama Iglesias, se llama Europa, Mercado, Intermediarios, CEOE, Liberalismo, Derechas, con sus respectivos nombres y apellidos de turno en cada país, región o pueblo. Esto lo sabe también todo el mundo...

La macroeconomía inventada y dirigida para beneficiar a unos pocos a costa de la mayoría debe ser revisada inmediatamente con el fin de marcar nuevos rumbos que atiendan las necesidades del pequeño y mediano agricultor y ganadero, agricultora y ganadera. Todo lo demás serán pan para hoy y hambre para mañana, para los de siempre claro.


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