martes, 19 de noviembre de 2019

CUANDO LA OBEDIENCIA ES INSUMISIÓN


El ejército de un país debe obediencia a los poderes políticos legítimos del mismo, sin embargo, puede ocurrir que algunos de los máximos cargos militares manden a los soldados actos que suponen insumisión a los poderes políticos legítimos. Entonces provocan un golpe de estado. Si además se justifica desde el gobierno rebelde la intervención militar de cualquier tipo contra el pueblo se incita a la violencia.

Si eres soldado debes obedecer a tus superiores aunque lo que te manden sea ir contra tu propio gobierno salido de las urnas. Los gobernantes pueden decir al ejército que no se subleven contra él pero no tiene la fuerza aunque tengan la razón. Entonces el clima de guerra civil está servido en bandeja. Partidarios de las armas y partidarios de la palabra se enfrenta en una lucha desigual en todos los sentidos, especialmente en el de la eficacia.

Cuando no hay referentes militares que respeten el orden constitucional por encima del militar, ser el primero o ser minoría se hace muy difícil dentro de ese ejército presionado por los mandos con galones por un lado y el mando gubernamental con votos por otro lado.

La geopolítica militar impuesta por el capitalismo salvaje del siglo XX tiene consecuencias como las que suceden en Sudamérica en países con jóvenes democracias, con grandes recursos naturales y con estrechas relaciones comerciales con Norteamérica. El siglo XXI repite esquemas imperialistas, disfrazados de derechos humanos, democracias y riqueza con lo que se consigue ocultar precisamente la violación de esos derechos, las tiranías y la pobreza severa. Cambiar el significado de las palabras es uno de los primeros pasos, siempre que se conquista el poder por la fuerza, de hecho, se empieza a cambiar antes para caldear la situación y faciliatr adeptos.

En España lo sabemos bien con expresiones como "golpe de estado", "derechos humanos" y "constitucionalista".

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