MANADAS DE JUECES

Cuidado con las manadas de jueces porque parecen justos pero son machistas, ejercen su poder contra las mujeres sin pudor y contra toda evidencia, no temen a nadie porque nadie les castiga, actúan con plena impunidad porque ellos aplican la ley. Humillan, violentan, degradan e insultan a las víctimas desde sus cargos públicos, ejerciendo de tribunales sociales, con sus togas y puñetas, con sueldos por encima de la media, con prestigio inmutable de siglos, como dioses, intocables. Aparecen en cualquier juzgado, siempre ante casos de violaciones a mujeres.

Las evidencias muestran lo contrario de lo que afirma la sentencia, esta vez, en Manresa. Son evidencias médicas y psicológicas. Forenses y psiquiatras demuestran que hubo violación y que la actitud de la chica responde a mecanismos psicológicos del ser humano en esas circunstancias de abuso y poder.

Cuidado con las manadas de jueces porque son la autoridad y marcan lo que se debe o no hacer, lo que se castiga y lo que no, cuánto se castiga y cuánto no, si es para mucho o es para poco el caso en cuestión. Se han educado en el machismo más refinado y escrupuloso que no pasa una en favor de la igualdad entre mujeres y hombres, están alerta ante cualquier conquista feminista para derrumbarla y ponerle trabas, actúan con conocimiento de causa y plena conciencia. Saben lo que hacen y por eso lo hacen. Tienen acólitos en todos los poderes del Estado y les respaldan multitudes religiosas, a veces silenciosas y otras envalentonadas en un clima misógino, patriarcal y fascista que quiere a la mujer de vuelta a la Edad Media.

Son el poder pero se equivocan. La mayoría también tenemos poder, en las calles, en las urnas, en las redes y medios de comunicación, en la convicción de que una sociedad libre o se basa en la igualdad o no es libre, en la certeza de que si se llama democracia cada individuo cuenta por igual y en el convencimiento de que la Justicia no es JUSTICIA si la ejercen machistas.