jueves, 7 de noviembre de 2019

COMO PEZ FUERA DEL AGUA
Riccardo Milani, 2017

Nos resulta tan fácil conectar con el sentido del humor italiano que desde el primer momento estamos enganchados al argumento. Esto también lo favorece el ritmo y la situación. Es una película ágil, sin rodeos, que plantea el nudo claramente y la solución a través de los primeros diálogos y planos.

Sin pedir permiso, la historia transcurre en medio de dos mundo. Otra vez el dualismo cinematográfico mostrando las realidades vecinas, que se retroalimentan y necesitan mutuamente. En este caso el otro mundo, el de verdad, donde están las esencias platónicas, donde brilla el sol del mito de la caverna está en la periferia de Roma. Y el mundo material, imperfecto, ficticio, del que partimos está en un trabajador think tank del parlamento europeo.

El director compone las interrelaciones sin dificultad, todo resulta verosímil incluso lo que no lo es (convivencia intercultural pacífica, delincuencia e ingenuidad, intereses familiares similares por chicos y chicas) porque parte de los extremos y así el resto de la película se hace más asequible por parecer intermedia. Con unos tatuajes y un bate de béisbol por un lado y por el otro extremo un trajeado asesor cincuentón del parlamento europeo. Entre medias caben exesposa dedicada a los perfumes en Francia, marido encarcelado por asesinato, hermanas cleptómanas y playas desérticas para la intelectuales.

El caso es que todo apunta a que entre los adultos protagonistas habrá algo y no saberlo con precisión mantiene el interés entre escenas cómicas y trágicas, ridículas y crudas. La comedia italiana nunca está exenta de realismo, de hecho, los barrios marginales de la periferia de Roma son el subsuelo sobre el que se alza la trama, la vida, las posibilidades de ser o no ser persona, como adolescente, como madre y padre, como trabajadores o como vecinos. 

La visión desde arriba, desde el otro lado, seguro y protegido, aislado de posible contaminación alguna refleja el cinismo y la falsedad de lo que hemos construido con el nombre de Europa. ¿Qué Europa? cabría preguntarse después de ver la película...

El elenco de profesionales sencillamente está de cine!!

2 comentarios:

  1. Que buena película, nos hace ver la dureza de la marginación que existe en grandes ciudades como Roma y con un toque de humor es más llevadera.
    Guetos de personas que tenemos en grandes y pequeñas ciudades, donde es mejor tenerlas apartadas, para que nos contaminen. En estos lugares tenemos mafias de droga, sin papeles, prostitución, jovenes sin escolarizar.,... los agrupamos a estos ciudadanos mejor que no nos salpiquen con su ralidad.
    La historia de la relaciòn de los adolescente hace que la película tenga ese punto de acercamiento de familias de diferente estatus social.
    Los gobiernos con sus políticas han conseguido que existan estos suburbios fuera de las ciudades desde hace tiempo y siguen existiendo actualmente en este siglo, estamos ignorando ha estos ciudadanos con sus problemas, luego llega la parte de la integraciòn a la sociedad.

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    1. La integración sigue siendo ficticia y cada día más porque muchas leyes y políticas se toman para practicar la separación, bien territorial bien económica, de género, de ideología, de religiones...es un sinsentido hoy en un mundo globalizado en el que las fronteras y guetos no deberían existir: mi coche está hecho en Cataluña y es alemán con tecnología japonesa...

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