Plou, Xuegu, Euria egiten du, llueve.
Hoy en Cuenca chove porque el cielo es gallego y produce morriña, porque la niebla es densa y se extiende según avanza el día, porque brillan los tejados como las aceras, porque caminamos con capuchas y paraguas...porque es noviembre y no hace frío.
El agua de lluvia se lleva la suciedad instalada en todas partes, la de mucho tiempo, la que cubre el espacio, incluso el tiempo. La lluvia lava y refresca, descubre y muestra. Provoca olores olvidados y texturas sin matices.
Gris.
Cuando las luces del atardecer empiezan a poblar las calles y las casas aparecen como fantasmas porque sigue la niebla. Todo el día está presente. En otro entorno se percibirá de otro modo, aquí es una fina manta que arropa, que envuelve y nos envuelve. Cuando estás dentro no la notas aunque te moja y cuando te sales porque entras a algún sitio la ves tras el cristal, espesa.
Escenas de cine, canciones, poemas y bailes. Cuentos alrededor del fuego. Noche de invierno.
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