QUIERO BAILAR

La madre de Billy ha muerto. Vive con su abuela, su padre y hermano mayor. Su padre se está quedando sin trabajo en la mina, pero ese no es el problema más grande de Billy es que en una clase de boxeo se emboba  con la clase de ballet y pierde el combate. Su padre se enfada mucho porque el boxeo es una tradición familiar y le dice que el ballet es de chicas pero a él le da igual y sigue luchando para conseguir sus sueños. ¿Lo conseguirá?

Recomendado para: aquellos que van a cumplir sus sueños cueste lo que cueste. Porque cualquiera puede ser lo que quiera.

Alicia, 10 años. 

Noviembre de 2019

Más allá del optimismo de la recomendación, la obra es un chute de ánimo frente a las cortapisas de estereotipos sexistas tan abundantes todavía. En el mundo del arte nada es de chicos o de chicas. Influir en nuestras hijas e hijos sobre lo que deben practicar no debería suponer prejuicios y mucho menos de género. Hoy hay muchos menos niños en las clases de ballet que niñas y muchas menos niñas en las clases de boxeo que niños. Espero que no sea porque en casa se les dirigen los deseos, expectativas y posibilidades.

Asociar la fuerza y los golpes a los guantes de boxeo no excluye de su práctica a las chicas. Asociar la delicadeza y el equilibrio al tutú no excluye de su práctica a los chicos. Es difícil ser igualitarios cuando casi todo alrededor es desigual y excluyente, sin embargo la profesora de ballet consigue que Billy se contagie, se implique y, enseñándole desde una población pequeña, le invita a probar.

Permitamos que prueben!!