jueves, 21 de noviembre de 2019

ZUMBIDO
Prado G. Velázquez


En este breve relato aparece uno de los ejemplos más prototípicos de los micromachismos: los piropos. Curiosamente, el machista acaba intimidado por una mirada, ¡una mirada! que le encabrona y le altera manifiestamente en público, aunque es un público afín, esto es, tan machista como el machista.

Escena cotidiana de un bar cualquiera de nuestro pueblo o nuestra ciudad. 

La igualdad entre mujeres y hombre no llega, como no la provoquemos bien, fuerte, con convicciones, no va a llegar en la vida y las mujeres seremos vistas y tratadas como locas, guarras y pobrecitas porque nos sentimos acosadas y empezamos a atrevernos a decirlo en voz alta.

Otro 25N en el que sigue habiendo mucho que reivindicar.

1 comentario:

  1. Esta semana del 25N estoy leyendo el texto en clase. El alumnado es de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato. Todos, chicas y chicos reconocen una alta dosis de realidad en el relato. A todas las chicas las han piropeado haciendo que se sintieran cosificadas y violentadas. Todos los chicos reconocen que muchos hombres piropean a las chicas con intenciones de intimidar y asustar. En ambos testimonios se da la dominación y el control por parte del hombre sobre la mujer y la sensación de culpa en esta última.
    Esta muestra de machismo, a veces, micromachismo, no debe pasar inadvertida por nadie, ni por ellas, que no lo hace, ni por ellos, que aún no le dan la importancia de acoso que tiene.

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