ZUMBIDO
Prado G. Velázquez
En este breve relato aparece uno de los ejemplos más prototípicos de los micromachismos: los piropos. Curiosamente, el machista acaba intimidado por una mirada, ¡una mirada! que le encabrona y le altera manifiestamente en público, aunque es un público afín, esto es, tan machista como el machista.
Escena cotidiana de un bar cualquiera de nuestro pueblo o nuestra ciudad.
La igualdad entre mujeres y hombre no llega, como no la provoquemos bien, fuerte, con convicciones, no va a llegar en la vida y las mujeres seremos vistas y tratadas como locas, guarras y pobrecitas porque nos sentimos acosadas y empezamos a atrevernos a decirlo en voz alta.
Otro 25N en el que sigue habiendo mucho que reivindicar.
Esta semana del 25N estoy leyendo el texto en clase. El alumnado es de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato. Todos, chicas y chicos reconocen una alta dosis de realidad en el relato. A todas las chicas las han piropeado haciendo que se sintieran cosificadas y violentadas. Todos los chicos reconocen que muchos hombres piropean a las chicas con intenciones de intimidar y asustar. En ambos testimonios se da la dominación y el control por parte del hombre sobre la mujer y la sensación de culpa en esta última.
ResponderEliminarEsta muestra de machismo, a veces, micromachismo, no debe pasar inadvertida por nadie, ni por ellas, que no lo hace, ni por ellos, que aún no le dan la importancia de acoso que tiene.