viernes, 27 de diciembre de 2019

ÁREAS DE DESCANSO

A veces es un espacio al aire libre sin más, una antigua carretera con un par de contenedores y bancos con mesa de madera. Otras veces ofrecen vistas a una naturaleza que antes de parar te acogía por las ventanillas del coche y te ofrecía una maravilla que disfrutarías si pararas en plena autopista.

Pueden frustrar.

Son espacios que no estaban ahí, los hemos recreado para que resulten agradables, útiles a conductores de todo tipo, para que si paran, piensen que están en el campo, en la naturaleza, en la realidad más allá del habitáculo de su vehículo. Sin embargo, no son el campo, no son naturales, no son más reales que el propio coche y su gasolina. Más bien, son una ironía, un trampantojo.

Nos gustan más las otras áreas, igualmente artificiales, las de servicio porque tienen de todo lo que no cabe en el coche. Tienen aseos, bares, restaurantes, tiendas...y gasolina claro, sin esta no existirían. Cuando están lejos de cualquier núcleo urbano me pregunto de dónde son sus habitantes, quiénes son en realidad, de dónde han salido y a dónde van cuando acaban la jornada laboral, si es que la acaban alguna vez. Creo que son gente extraterrícola, de más allá de la tierra conocida, cercana, habitada, humana. De pronto, en medio del bosque, del páramo, de la llanura y el desierto, emergen pseudoparedes de materiales plásticos, con ventanales y fluorescentes, espacios fríos, que sirven retazos de vida como si fuera familiar y conocida. Sirven comida o algo parecido a la comida, nos ofrecen seguir haciendo lo que hacemos en nuestras ciudades y pueblos, como si no nos hubiéramos ido de ellos, como si viajar fuera no cambiar, no salir, no recorrer distancias.

Entre unas áreas y otras los viajes se hacen menos viajes porque vemos en todas partes trozos de nuestros lugares de procedencia. Tal vez necesitamos, cada tantos kilómetros, recordar lo que somos, tener referencias para no despistarnos ni olvidar lo que necesitamos para ser así. Estas áreas nuestras que nos marcan el camino, lugares artificiales disimulados, límites como fronteras, como hitos, mojones, marcadores vallados o excavados, nos indican de dónde venimos y a dónde vamos, qué somos en definitiva...lo importante del viaje es el propio camino, donde están las áreas!!



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