viernes, 6 de diciembre de 2019

JUNCOS (y otras hierbas) EN EL JÚCAR


Son varios los puntos del curso del río Júcar en los que crece y se multiplica el junco a sus anchas. Lugares en Cuenca ciudad, fuera de ella habrá más. Es una especie invasora que debe estar regulada convenientemente lo que no tiene el mayor problema a menos que nadie se encargue del trabajo que supone mantener el río limpio y en condiciones saludables para todas las especies, tanto vegetales como animales.

Hoy parecían las orillas auténticos manglares. Entre los troncos de árboles sin retirar, las ramas caídas por el viento y las lluvias, las hojas propias del otoño y los juncos hay una composición de elementos digna de un lugar abandonado, deshabitado, olvidado. Y sin embargo, nada más lejos, al menos este "puente" de diciembre, también el de la Cumbre por el Clima con la que nuestra ciudad colabora. Bastantes personas de todas las edades pasean por los caminos que rodean al río, desde el barrio Fuente del Oro hasta la Playa. El estado lamentable, sin conservación del vallado de madera, del suelo empedrado, la ausencia de bancos y papeleras, no impide que siga siendo un lugar hermoso para ver la garza de San Antón, los patos, los reflejos del sol en el agua y los colores del otoño. Lástima que la belleza natural tenga que convivir con el deterioro cultural.

La Confederación Hidrográfica del Júcar, con sede en Valencia, no cumple ni en tiempo ni en forma con sus responsabilidades, y nuestro Ayuntamiento tampoco parece que haga mucho porque de lo contrario el río y alrededores no estaría como está, a la vista de cualquiera, con suciedad humana y natural.

El medio ambiente sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra querida ciudad, por muy colaboradora que sea de la Cumbre de Madrid, las asuntos locales van mal, muy mal en esta materia. Una auténtica pena esta hipocresía que no engaña a nadie y que ejemplifica perfectamente el signo de nuestro tiempo, a saber, demagogia pura y dura.


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