CUMBRE ¿DE QUÉ?

Madrid, domingo 15 de diciembre de 2019

¿Qué diferencia hay entre escépticos y necesitados, entre decepcionados y perentorios?

Ahora que se constatan todos los malos augurios es fácil afirmar que ya lo sabíamos, que esto era más de los mismo, y que nunca se pondrá en marcha solución alguna. Las voluntades de políticos y responsables internacionales pasa por su propio bolsillo y ahí se queda, ya no continua más allá. la actitud honesta hacia la ciencia es mero marketing para cumplir con el expediente. El vocabulario ecologista y solidario tan solo suma activos en el diccionario internacional que más gente entiende. Los nombres propios, de nativos y foráneos, se los lleva el viento del Brexit, de la Investidura, del Clásico, de las Navidades, en fin, cualquier corriente de aire por simple que sea arrasa sin dejar ni rastro cada uno de los nombres que han protagonizado este circo mediático en IFEMA.

Otra vez la nada. Otra vez la derrota más injustificada pero más esperada. Otra vez ¿será?

Cada cual con su conciencia y convicciones nos vemos avocados a ser coherentes al menos con nosotras y nosotros mismos. Cogeremos menos el coche, reciclaremos y consumiremos menos. Total no vamos sobrados...

Una no acaba de acostumbrarse a la tristeza que producen estas cosas. Ni la ciencia puede remediarlo, no hay medicina que cure el egoísmo ni la inmediatez del sálvese quien pueda.

Han sido jóvenes la mayoría de las personas que han insistido a diario en las calles y en los pabellones madrileños. La próxima vez serán bebés porque incluso los jóvenes se habrán rendido. No hay edad que soporte el rodillo del capitalismo, del sistema más contaminante de la historia, de las torturas más psicológicas y físicas que se puedan inventar.

Por si acaso, seguiré estudiando el decrecimiento...