En la reforma Penal de 1995 parece que hay confusiones sobre los delitos de agresión y violación, sin embargo, hoy último día de 2019, después de 15 años de Ley Orgánica (3/2007) de Igualdad, ante un panorama social que cada año es más asesino de mujeres, las confusiones judiciales entre agresiones y violaciones no engañan a nadie, no son confusiones son patriarcado, machismo, desprecio a la mujer, antifeminismo, cosificación sexual del cuerpo de la niña, de la mujer. No son confusiones son sentencias injustas, parciales, subjetivas.
De nuevo, se hace patente, latente siempre está, la poca credibilidad de la palabra de la mujer. Seguimos cuestionando los testimonios de las chicas, en todos los contextos, de todas las edades. Seguimos menospreciando las conquistas de las chicas en todos los ámbitos desde el deporte, la ciencia, el arte o la atención humanitaria. Nos sigue costando reconocer mérito a las personas por sus diversas tareas sin son mujeres. Sobrevuela el "algo habrá hecho" ante cualquier caso de agresión hacia las mujeres.
...y la culpa no fue mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía...
Hay jurisprudencia. Demasiada jurisprudencia vergonzosa. Supongo que es igual de válida la jurisprudencia que hace avanzar en igualdad que la que hace retroceder. Imagino que el colectivo de juristas no será una excepción y también aprenderá de sus errores. La sociedad debe hacerlo.
La independencia de los poderes, la separación ilustrada de los mismos, parece ser insuficiente en materia de cultura, de moral, de costumbres y tradiciones. El poder Judicial no se separa de la tradición machista ni así que pasen 80 años. Hay una ligazón invisible entre la toga y el machismo. Hay un pegamento especial en los labios y los textos de los jueces que les hace seres incapaces de desprenderse del antifeminismo.
Pasa el tiempo y las leyes con él. La sociedad, que cambia rápidamente cuando se trata de tecnologías, se estanca en materia de Igualdad porque no acaba de empezar bien, por el principio. Solo es eso, empezar bien, es decir, por creer a la víctima, a la mujer, a la niña, a la abuela.
Hasta que la palabra de una mujer no valga el tiempo pasará y nada cambiará respecto a la Igualdad tan necesaria hoy como ayer.
Claro que hay mujeres mentirosas, chismosas, hipócritas, perversas, malvadas, de hecho así se nos ha descrito siempre, como evas, brujas, madrastras, matajaris, sirenas, medusas...las habrá siempre porque somos personas, de la misma manera que hay hombre mentirosos, chismosos, hipócritas, perversos, malvados. De esto no va la Justicia, hay que separarla de todo esto que pudiera confundir a algunos, arrastrar prejuicios y estereotipos injustos, siempre incompletos. No hay confusiones que valgan, ya no, los jueces que duden deben retirarse de los casos y los juristas que redactan leyes confusas deben cambiar de actividad.
...el violador eres tú!!
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