domingo, 22 de diciembre de 2019

ESPECTÁCULO O RIESGO

La naturaleza y la mano del hombre confluyen, van juntas desde tiempos prehistóricos para instalar la vida humana en el planeta de la mejor manera posible, con adaptaciones e innovaciones, siempre estudiando, ensayando, probando novedades y mejoras, forzando límites materiales y humanos. En ocasiones se consiguen maravillas, pero en otras auténticos desastres.

El urbanismo es una de esas cosas humanas que se plantea sobre la naturaleza, contra la naturaleza, a pesar de la naturaleza y a espaldas de la naturaleza.

Encauzar ríos, allanar montes, cerrar valles, atravesar montañas, poner diques al mar...Tenemos un gran nivel de ingeniería actualmente.

Construir en zonas inundables, antiguos cursos hídricos, usando materiales de todo tipo bajo leyes favorecedoras de la especulación antes que de la protección y preservación, es un práctica política demasiado habitual. Especialmente en épocas de vacas flojas o de crisis asfixiantes para ayuntamientos poco previsores y mal gobernados, con deudas ingentes y dirigentes sin complejos que, en su nombre o en el de la corporación de turno, intercambian zonas rústicas por urbanizables sin ningún rubor, firman planes urbanísticos en cualquier territorio por muy lejano que esté del casco urbano. Se mueve la tierra como se mueven los permisos y licitaciones. El valor del terreno es el valor del negocio económico.

Tenemos la estación de tren donde no vive nadie obligando a ususarios a tener que usar otro medio de transporte previo... Tenemos un  par de ríos recreados a capricho perfectamente urbanizados en las orillas y con un insuficiente mantenimiento en cuanto a limpieza y cuidado medioambiental...En palabras del alcalde esto es un espectáculo y yo me pregunto si más bien es un riesgo evitable.

Ojalá la naturaleza nos de tregua porque lo que son las decisiones políticas ya vemos que no.

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