lunes, 20 de enero de 2020

AUSTRALIA 


Un continente económicamente al Norte porque es rico, pero continentalmente hablando más al Sur no puede estar, al menos respecto a Europa y Norteamérica con quienes comparte ese Norte rico.

Lleva semanas ardiendo y nadie puede remediarlo. Los agentes climáticos están por encima del poder económico, en cierto modo porque son sus consecuencias y se han emancipado de la mano que les da de comer. Las altas temperaturas y la codicia capitalista son ingredientes suficientes como para quemar un continente entero y que nada ni nadie lo remedie. No importa la vida que se pierde, la que se recuperará malamente y la vida que nunca podrá existir.

Con las cosas de comer no se juega. Con la naturaleza no se juega.

Nuestra irresponsabilidad es enorme y causa desastres incalculables. Las decisiones a corto plazo no sirven para vivir bien a largo plazo. Las consecuencias de nuestros actos nos pueden sentar muy mal y volverse muy peligrosas para nuestra integridad.

Los negacionismos nos matan.

Si practicáramos un poco el Principio de Responsabilidad antes de tomar decisiones ecológicas, urbanísticas, energéticas, en definitiva, políticas, si la democracia se practicara de acuerdo con la ética, podríamos comprobar que la información, el diálogo, la justicia y el futuro son los ingredientes fundamentales que tienen que cocinar las decisiones comunes. Sin estos los riesgos se multiplican y las consecuencias pueden ser irrevocables.

Como vivir no es una ciencia exacta, tampoco hay garantías inequívocas de que siguiendo este Principio se obtendrá de manera definitiva el bienestar deseado. Pero no siguiéndolo está muy claro que no se obtiene.

Probemos a ser responsables, probemos a ser animales éticos. Probemos!!

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