lunes, 20 de enero de 2020

LA VIOLENCIA TIENE GÉNERO


Tal vez al haber menos mujeres policías, guardias civiles, mossos, ertxaitxas o militares, las mujeres matamos menos a nuestras parejas. Tal vez es sólo una cuestión de discriminación laboral, de tener armas por el trabajo, de ser una autoridad en la sociedad cuando nos ponemos el uniforme...

Tal vez sea que la porra, el coche oficial o las botas de cuero, sean elementos que inducen a ser celoso, a acosar, a perseguir, a intimidar, a controlar.

Tal vez el horario laboral de turnos nocturnos, de mañana y de tarde, nos permita perseguir y hacer un seguimiento de nuestra pareja veinticuatro horas al día sin levantar sospecha, sin tener que disimular, con total tranquilidad e inmunidad.

El caso es que no es la primera vez que un agente de los cuerpos de seguridad del Estado asesina a su mujer o exmujer con el arma reglamentaria. Esta vez se ha suicidado después, aunque no siempre el asesino se quita la vida, prefiere entregarse y tener un juicio, esperar sentencia y acatarla.

¿Alguien conoce el número de hombres asesinados por su parejas mujeres, agentes de seguridad del Estado?

Me parece que el machismo es una realidad que está presente también en las cabezas de hombres armados. Tal vez, las pruebas de acceso al los cuerpos de seguridad locales, regionales, nacionales e internacionales deberían tener mecanismos feministas, de igualdad de género. Algo así como un código ético tipo hipocrático, pero que no fuera simbólico sino real y efectivo. Nadie que forme parte de estos cuerpos de seguridad debe ser machista, es decir, debe usar sus armas para asesinar a su pareja o expareja. Ya sé que prometen y juran usar las armas sólo en caso necesario estando de servicio, pero no sé si se les hacen pruebas para que ese juramento o promesa sea fiable. Es que es una cuestión moral. Ha de haber indicios, actitudes, que pongan sobre la pista de la conducta indeseable de los agentes.

Imagino lo difícil que debe ser mujer maltratada, pero si además el hombre que la maltrata tiene un arma de fuego y balas a mano, la dificultad pasa a ser terror debe ser infinito. Frases como "te voy a matar" pueden ser literales y desgraciadamente acaban siéndolo.

Hace falta revisar los protocolos e introducir medidas encaminadas a prevenir el uso de las armas entre quienes viven llevando una. La ética profesional no solo debería ser una expresión que suena bien sino una exigencia prioritaria.


No hay comentarios:

Publicar un comentario