jueves, 19 de marzo de 2020

FESTIVOS CONFINADOS

Hubo un tiempo en que estaba deseando tener festivo para no salir de casa, para pasarme el día en pijama leyendo, tomando chocolate con bizcocho, que previamente haría para tomarlo recién hecho, en la terraza escuchando a los pajarillos y sintiendo el viento en la cara. En invierno, sencillamente disfrutando de las vistas. Sin prisas, duchándome a lo largo del día, comiendo tarde o sin comer, vindo la tele despreocupada por la programación y escuchando música, eligiendo los discos. A veces ni quedaba.

Ahora el tiempo se ha transformado, lo hemos transformado y nos ha transformado. Es plástico, como el cerebro, capaz de presentarse de la noche a la mañana como otro, de tal manera que los días festivos no se diferencian de lo laborales, no hacemos cosas diferentes ni a otro ritmo. La plasticidad del tiempo, del paso del tiempo, encoge y alarga la vida, las sensaciones de la vida. 

Nos acomodamos, qué remedio, al confinamiento, poco a poco, plásticamente, prácticamente.

Hoy he corregido y parte de mi alumnado ha entregado la tarea, cosa que nunca hubiéramos hecho un festivo, jamás!

Estoy descubriendo los encantos de la publicidad, su atracción, ahora que no me pueden afectar porque no puedo consumir, no debo salir de compras y por ordenador todavía no lo domino, menos mal!

El cine en casa no es lo mismo que en la gran pantalla, por muy grande que sea la tele del salón. En casa estoy en casa, no me visto para ir al cine y luego tomar algo con amig@s.

Festivos en casa forzosamente, me parecía un oxímoron... hasta hoy.

¿Cómo diferenciar los días en estas circunstancias? cuál es el criterio a seguir para discriminar entre festivo y no festivo...esta diferencia, como tantas otras, es absurda e inúltil, solo que los whatsap han ardido felicitando a los padres y Pepes y Pepas...¿felicitando?

Es psicológicamente saludable distinguir las cosas para no tener la sesación de continuidad permanente o inacabable. Sienta bien cambiar de actividad, de hecho es recomendable para no enloquecer ni anquilosarse físicamente. ¿Cómo lo hacemos en el mismo sitio todo el rato? la repetición se impone!! 




2 comentarios:

  1. Cuando lo de quedarte en casa no es una opción sino prevención puede no resultar tan gratificante. Pero no voy yo a dar lecciones de vida, ahora es lo que toca, y como camaleones tenemos que adaptarnos. Yo me he planteado seguir mi "rutina diaria" desde casa, seguir los horarios de trabajo estrictos en casa a través de las redes (por suerte puedo adelantar trabajo para cuando esto pase, que pasará) durante los días laborales, atender a los usuarios que me necesiten aunque sea de forma virtual, volver a la gimnasia diaria... y para los día de fiesta levantarme tarde, comer más tarde, disfrutar de la lectura, de una película o conectar con la familia y con los amigos por teléfono o a través de las redes mientras "disfruto" de un café arropada en mi sofá. Quizás esto no sea la panacea pero me siento privilegiada de poder quedarme en casa, porque otros no pueden.

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    1. ¿Y no te parece extraño, rompedor, todo esto?

      Claro que hay gente peor, siempre, antes del virus también, eso no vale para el caso...el privilegio lo tenemos desde mucho y por muchas cosas, a ver cuándo acaban todos los privilegios por cierto porque seamos todos iguales en derechos reales!!!

      Menos mal que somos plásticos ¿no? adaptables, evolucionables...cuídate bombón!!

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