EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS
(otra vez Maquiavelo)
Desde la prensa más independiente se están escribiendo auténticos artículos originales sobre lo que estamos viviendo y protagonizando. Muestran caras poco comerciales de la realidad acercándose mucho más a ella que la prensa convencional y de masas.
Me parece importantísimo que se escriba sobre el lenguaje (verbal y no verbal), las palabras que empiezan a protagonizar los discursos y mensajes oficiales, con las que comunicamos la situación, damos cuenta, valoramos y proyectamos lo que pasa, nos pasa y pasará. Por que hablamos en función del contexto, de las necesidades y los medios a través de los que lo hacemos, aquello del canal, el mensaje y el oyente o receptores.
Cuando exijo en mis clases un vocabulario adecuado, estoy exigiendo estar a la altura del contexto, en algunos casos, escribir y hablar como estudiantes de bachillerato y de una determinad asignatura, esto es, no vale que se expresen como en la calle o en casa, aunque los temas pudieran ser familiares o callejeros. Mis alumnas y alumnos se dirigen a su clase desde su clase.
De la misma manera, resulta inadecuado que quienes están pilotando los mandos (ya me estoy contagiando) de esta crisis usen un vocabulario como si estuvieran en el cuartel o entre colegas. No. Además de saber estar hay que saber decir. El fin no justifica los medios, ni siquiera ahora. No hay contexto bélico que valga, es una epidemia vírica, pandemia concretamente y unas responsabilidades por parte de la ciudadanía, no somos soldados de ningún ejército, ni súbditos de ningún rey.
Acatamos o no acatamos las normas y leyes del momento, ahora excepcional, sin perder la categoría de ciudadanas y ciudadanos. Somos responsables de nuestros actos mientras los elijamos, asumimos las consecuencias porque son lógicas, morales, científicas, pero no por algún dogma u orden jerárquica por muchos galones que lleve la chaqueta de quien las pronuncie. Si lo hacemos mal es justo que se nos sancione, para eso está el Derecho.
No es el momento de lavado de cerebro, no por favor, no procede a aprovechar las circunstancias para someter y controlar a la población con un neolenguaje militar...no es tiempo de Gran Hermano Orwelliano, nunca ha de serlo pero menos ahora que estamos confinados y nos cuesta respirar. Sería una gran traición al pueblo.
La seguridad no se impone a cambio de la libertad, de la independencia, de los derechos, del modo de pensar de cada cual. Podemos intentar vivir seguros sin amedrentar ni amenazar a nadie. Las falacias ad baculo de los mensajes militares están fuera de lugar...no nos merecemos eso. Aunque haya excepciones, que siempre las hay, los mensajes a la población no pueden contribuir al miedo ni a la mentira ni al sometimiento. Y el gobierno lo sabe.
Somos una ciudadanía mayor de edad, aunque haya de todo, repito, que pensamos por nosotras/os mismas/os, si nos explican las cosas las entendemos y somos capaces de actuar responsablemente.
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