martes, 3 de marzo de 2020

CRISIS HUMANITARIA O SIMPLEMENTE VERGÜENZA



Primero damos dinero para que no vengan y ahora usamos la fuerza para que no entren cuando ya están aquí. Primero acordamos y ahora reprimimos.

El caso es que no se ha producido una crisis humanitaria sin causas y sin efectos. Las crisis suelen tener un por qué y un cómo, un hasta dónde y un hasta cuándo. Esta de personas refugiadas, inmigrantes, personas, sin más, supone la peor cara de Europa desde el Holocausto nazi y los crímenes étnicos en los Balcanes.

Ya no se puede disimular más. Hay personas en la puerta y necesitan entrar. O resolvemos el problema desde las causas o apechugamos con las consecuencias permanentemente. El asunto es en primera persona del plural. Todos los países europeos han de actuar urgentemente y en la misma dirección, así tal vez consigamos que Rusia y EEUU bajen su intensidad bélica en Oriente Medio y su tráfico de armas también en África.

Las guerras, por definición, conllevan refugiados y migrantes, en grandes dosis, de todas las edades y en cualquier estación del año.

Alimento nos sobra y espacio también. Grecia no puede seguir prostituyéndose ante Europa a costa de las personas que llegan a sus fronteras. Turquía no puede seguir mafioseando a Europa a costa de los impuestos de toda la ciudadanía continental.

En realidad pueden, lo hacen y esto es lo que debemos cambiar urgentemente.




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