EL VALOR DE LA CIENCIA Y OTROS
VALORES
En ciencias nunca ha sido un problema alejarse del
sentido común, es más, cuanto más te alejas es más probable que se encuentre
algún hallazgo interesante.
En la cosmovisión actual de Occidente se asume que una implicación
filosófica importante es, precisamente, afirmar que la ciencia se aleja del
sentido común, de los sentidos y de la cotidianidad de la vida. Por esto
aceptamos sin pestañear que la Tierra se mueve aunque nosotros, el común de los
mortales, no lo notemos y veamos que sale el sol por Valencia y se pone por Cáceres. No pasa nada, es cosa de
la ciencia astronómica, de la física, de la matemática, de un tal Copérnico y
otro tal Galileo…
Sin embargo, en otros campos del ser humano, las cosas
son bien distintas. Podemos tener delante de nuestras narices a una persona que
maltrata, viola, abusa o asesina y no verla como tal, es más, la Justicia puede
considerarla inocente o imponerle una pena irrisoria consiguiendo así mantener
estas conductas intactas y una gran humillación para las víctimas.
Los valores éticos, los que valoran nuestra conducta,
nuestro carácter, nuestras decisiones, se aprenden, así que se enseñan y
quienes lo hacen son muchos factores, los más importantes son la familia, los
amigos, las costumbres y tradiciones, la publicidad, las redes sociales, las
religiones, la economía…por supuesto también la educación, la formal, la de la
escuela, el instituto y la universidad, pero hoy los que más influyen son los
primeros, sobre todo las redes sociales y la televisión.
La ciencia trabaja en sus laboratorios, alejados del
mundanal ruido y cuando aparecen con sus inventos los aplicamos a nuestras
vidas sin rechistar ni preguntarnos cómo ni por qué. No siempre ha gozado de
esta confianza actual, pero una vez que la ha conseguido ya no hay manera de
perderla. Pues bien con la ética no pasa nada parecido.
La ética trabaja con el comportamiento humano, sus
intereses, sus deseos, sus necesidades y cuando resuelve que es mejor vivir en
sociedades igualitarias, equitativas, justas, responsables, sostenibles,
respetuosas, consumidoras, democráticas, razonables y dialogantes entre la
diversidad cultural entonces, aunque tengamos ejemplos de referencia, empezamos
a cuestionarlo todo y a decir que hombres más y mujeres menos, que si ricos más
y pobres menos, que si los de aquí antes que los de allí, que si consumismo en
lugar de consumo, que si economía lineal antes que circular, que si lo natural
es la heterosexualidad y lo demás son radicalismos ideológicos…en fin, un
montón de trabas antes de asumir el más mínimo principio ético que nos convenga
a la mayoría si no a todos y todas.
La ética también bebe de la ciencia y la utiliza para
extraer conclusiones sobre nuestra mejor manera de vivir, la que más nos satisfaga
las necesidades y menos costes suponga para nuestras vidas presentes y futuras.
No es tonta la ética, aprovecha lo mejor de cada casa…pero no es como la
ciencia, es mucho más importante. Nos
dice que es mejor vivir en paz, respetar, tolerar, responsabilizarnos, prever,
dialogar, razonar, comparar, practicar la justicia general y la solidaridad y
no le hacemos caso. Y eso que es mucho más fácil de comprobar que lo de que la
Tierra se mueve…
No hay comentarios:
Publicar un comentario