miércoles, 17 de julio de 2019

HA MUERTO MONTALBANO (digo Camilleri)




Se despertó muy mal: las sábanas, en medio del sudor del sueño, alterado por culpa del kilo y medio de sardinas al horno rellenas con anchoas, cebolla, perejil y pasas que se había zampado la víspera, se le habían enrollado apretadamente alrededor del cuerpo cual si fueran las vendas de una momia.

Así empieza El ladrón de meriendas, dando una receta de sardinas a propósito del mal sueño del protagonista. ¿Cómo no pensar en Pepe Carvalho?

Los dos escritores (Camilleri y Vázquez Montalbán) tenían una clara e inamovible ideología de izquierdas. Quiero pensar que algo de ella se refleja en la personalidad de sus detectives por cómo tratan a sus "subordinados", a las personas con las que mantienen relaciones, a los trabajadores de los restaurantes y mercados, también por sus actitudes hacia sus "superiores" o autoridades civiles...no sé, parece que tienen algo de mimetismo con el medio que les hace tomar conciencia de la realidad según la pisan, consiguen estar dentro de los escenarios sin interferir en lo que sucede pero sin ser parte de la escena del crimen. Esa actitud de saber ver más allá de los filtros de producción masiva.

Me gusta pensar que Salvo y Pepe se juntan para comentar la vida, que Camilleri se ríe con los chistes de Montalbán y que el mar Mediterráneo, que une las orillas de Sicilia y Barcelona, procura el encuentro de todos.




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