POR HUMANIDAD:
ROMPAMOS LOS DUALISMOS
Por mucho que Nietzsche clamara a los cuatro vientos la
muerte de Dios, o que Sartre defendiera que estamos solos en el mundo, sin
excusas a la hora de asumir responsabilidades, todavía seguimos instalados en
los dualismos.
Se utilizan para todo, pero especialmente para crear
ambientes de crispación, enemistad y diferencias discriminatorias. Y se
utilizan en todo, también en las elecciones políticas, que en España estamos
teniendo a todos los niveles posibles.
¡Qué simpleza más bestia!
Sabemos por qué y para qué se inventan otros mundos, qué
consecuencias tiene, a quiénes interesa el invento y todavía seguimos creyendo
que somos dos bandos, dos seres, dos creencias, dos pensamientos, dos
economías, dos banderas, dos idiomas, dos géneros, dos Europas, dos Américas,
dos partidos, dos valores, dos capacidades, dos posesiones, dos mundos, dos
colores, dos velocidades, dos alturas, dos civilizaciones: dos.
Nuestro cerebro no es una máquina, ni siquiera nuestro
cuerpo funciona como un reloj, por mucho que se establezcan comparaciones
pedagógicas al uso. No. No somos un sistema binario de unos y ceros, nada en la
vida lo es, excepto la informática, invento humano donde los haya, basada en la
eficacia de lo simple. El mundo no es dual.
La naturaleza es diversa y múltiple como todo lo que hay en
el planeta. Los reduccionismo solo son un modo de hacernos cargo de la
situación, de manejarnos en las circunstancias. Por eso no duran mucho. En
realidad las dicotomías, los maniqueísmos y demás dualismos reflejan nuestra
torpeza e incapacidad de desarrollo, de crecimiento. Nos instalan en una pésima
infancia mal criada, de seres mimados antisociales. Lo sabemos.
Dar la oportunidad de gobernar algo, lo que sea, a personas
que cuando hablan lo hacen en código binario, en modo “Yo soy mejor que tú,
porque Yo soy el bueno y tú eres el malo” es tan perjudicial como imbécil.
Perjudica al no poder resolver los asuntos diarios de la vida porque estos son
complejos y múltiples, no duales. Imbécil por impedir la oportunidad de
resolver de manera diversa lo que es diverso, lo múltiple como múltiple.
¿Por qué cuesta tanto salir del esquema dual? Demostrado
hace siglos su falsedad, sigue recabando adeptos a diestro y siniestro. La
fuerza de la costumbre es devastadora, arrasa incluso con la vida que acaba de
surgir, lo envuelve todo de seguridad, confort y tradición en masa, incluso
todo lo nuevo viene marcado ya con el sello de “última generación” para oponerse, para distinguirse de lo otro,
como actual, moderno, como polo dual.
Necesitamos ser como somos. Rompamos los dualismos absurdos
y beneficiosos a la codicia e injusticia de unos pocos mentirosos e hipócritas,
machistas y egoístas, que de tanto mandar están mandando el mundo a la mierda.
Otra muestra más de nuestra estupidez intelectual y lo único
humano que quedará en nosotros y a nuestro alrededor serán las máquinas,
basadas en ceros y unos.
Hagamos gobiernos de Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y
Parlamento Europeo diversos, reales, múltiples como la vida misma,
favorecedores de esto, de la vida humana a todas las escalas, para todas las
personas, desde todos los rincones.
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